Cada vez es más frecuente que los coches incorporen el llamado diferencial electrónico o autoblocante electrónico. Si no sabes lo que eso para qué sirve, te lo explicamos.
Todos los coches llevan un mecanismo llamado diferencial. Este mecanismo permite a las ruedas motrices girar a diferente velocidad, gracias a lo que puede coger las curvas con suavidad, sin perder adherencia y sin forzar los elementos mecánicos.
Ahora bien, el diferencial tiene un gran defecto, y es que envía más potencia proporcionalmente a la rueda que menos esfuerzo opone. ¿Y esto que quiere decir? Supongamos un coche de tracción delantera; si una de las dos ruedas empieza a patinar, rápidamente toda la fuerza del motor escapará por esa rueda que patina, dejando la rueda con adherencia inmóvil. Debido a esto, el coche no avanza, y una rueda se queda patinando.
Si por el contrario, el coche está dotado con un diferencial electrónico, el sistema detectará que una rueda comienza a patinar y entonces aplicará automáticamente el freno para “simular” adherencia, de manera que la otra rueda (que si que tiene adherencia real) reciba fuerza y así el coche pueda avanzar. Esto es muy útil en firmes de poca adherencia como nieve o hielo a escasa velocidad.
También sirve para mejorar la tracción a la salida de las curvas, de manera que el conductor puede acelerar antes con menor riesgo de subviraje. En conducción deportiva aporta buen resultado sin añadir apenas peso al coche, y con un costo muy reducido frente al autoblocante mecánico de toda la vida.
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